No, hoy no mentiré al decir que me siento privada escribiendo acá. No. Hoy eso pasará de un plano a otro más lejano. De algo minucioso a algo más nutrido. De seguro por hoy no mentiré al decir que las palabras me brotan como una represa recién liberada y que las palabras a su vez me desbordan con la sonoridad con que se clavan en mis oídos. Tampoco quiero parafrasear un discurso de buitre esperando alguna presa, tampoco sacaré a flor de piel aquella típica de cursilería "hollywoodense". Sólo es que de pronto siento que me recupero del insano estado y que... estoy recuperando lo que siempre debió estar conmigo. Me pone más alegre. Me alegra.
Es aquella sensación intrínseca del ser humano de alegrarse por lo que a uno, como persona, le hace bien. Reconfortante. A veces me siento mejor. Y otras, hay que decirlo, la decadencia se personifica en mí al punto de no poder si quiera levantar bien los pies al caminar.
La gente podrá pensar, despotricar como putas viejas en un puto bar de mala muerte, mal oliente, que: por ser como soy, ¿Qué puede de verdad importarme? Prejuicios, sólo prejuicios, porque se sienten vagamente tan atolondrados de no poder tener el gusto de sus propias vidas, que les hes más fácil preocuparse de las de los otros. Hace tiempo había decidido vivir al margen de lo que les sucedía a los demás, fallé. Un rotundo fracaso se vino abajo como una avalancha en la cima de una gran montaña radiante de blanca nieve. Y como una estatua luego de una guerra, quedé estupefacta en el mismo lugar, claro, con algunas heridas, heridas leves, profundas, por encima de la piel y otras que demoraran un transcurso cabal para sanar... pero aún de pie. Bien no?. Bien lo sentirá por mí aquel que de verdad es cautivado por mi persona, bien lo sentirá por mi aquel que nunca mintió en una ínfima palabra, bien lo sentirá por mi aquel que se equivocó y me ofreció sus sinceras disculpas, bien lo sentirá aquel que notó mi error y que supo entender mis razones.
Ya me siento desligada de todo lo que poseía, ahora ya no me unen más que algunos vagos recuerdos que aún no se manchan con envidia, con rencor... al fin comienzo yo a vivir mi epílogo, para pronto empezar un nuevo libro con nuevos personajes nuevas características... pero no por aquello habré olvidado por completo el conocimiento previo para referirme a uno nuevo. No. Las personas se esfuman con el tiempo, pero las imágenes siempre quedan... suspendidas como por pequeños hilos invisibles, desde quién sabe dónde, y en base a ello haré nuevas ilustraciones, algunas mas sumisas, más ocultas... pero siempre imágenes donde se refleje lo bueno de cada grato recuerdo. Como añoranza esperé demasiadas cosas, ahora y no por ello tarde, me doy cuenta qué son las menos, las que más importan... Lástima es que aún la gente que si vale la pena, no para mi tan sólo... sino para el mundo, aún no se de cuenta que unas cuántas palabras, nos cambian el alma.
...Feliz, aunque para notarlo, estuve tiempo sin saber qué hacía.
(El que no sabe de tristeza, el que no ha sufrido... ¿Qué va a saber, qué es la alegría?)
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